QUIEN SOY

Si de algo yo sé... es de penas de amor!
Desde muy chica, habiendo descartado el sueño de vestido de novia y la familia clásica, nunca renuncié al deseo de encontrar un compañero, ese otro con el que además de compartir el afecto, también desafiarme, crecer y juntos inventar el camino de la vida.
Para mi sorpresa a pesar de muchos logros que si fui consiguiendo en otros espacios, una y otra vez veía mi total incompetencia en materias del amor. Desde la perspectiva de la mujer que era entonces, y pesar del máximo empeño que  yo sentía le ponía, sistemáticamente no lograba ser amada de la manera en que quería, más aún, sentía que no lograba siquiera ser realmente mirada. Con esto, mi biografía romántica estuvo llena de frustración, tristeza y por muchos años, desesperanza.
Cómo logré cambiar?
Claramente no fue mágico ni un proceso corto. No sucedió de la noche a la mañana. Fue una labor sistemática de conciencia en la que descubrí patrones, que si bien en su mayoría tenían origen en los misterios de mi infancia, estaban completamente vigentes y desde un piloto automático, actuaron por años saboteándome los sueños, alejándome del amor. Una baja auto-estima que me hacía buscar en el Otro lo que no encontraba en mí, y que me llevaba a sostener relaciones destructivas en donde mis necesidades no estaban presentes.
Tuve que volcarme hacia dentro, revisar mi emocionalidad, hacerles un paciente seguimiento, de manera de desatar el nudo inicial de donde provenía el sentir con el que andaba. Esto me permitió tomar conciencia sobre mis zonas de luces y sobre todo, tomar control sobre las sombras, las que me cerraban puertas,  pero que de ser tan habituales, se negaban a desaparecer, y de cuando en cuando resurgía el miedo y la negatividad.  
Fue una lucha de años, de conciencia y de trabajo de amor, conectándome con todo aquello que me generaba felicidad, lo que me hacía brillar, lo que me hacía crecer. En síntesis, una historia de amor conmigo misma. Un viaje a mi interior.

Hoy miro hacia atrás y sé reconocer que sólo la
sumatoria del dolor vivido una y otra vez, es la
que asentó mi férrea voluntad de enfrentar todo
lo que fue necesario, y por primera vez en mi vida tener la experiencia de ese amor, tal cual lo soñé en mi infancia, tal cual como lo pedía mi corazón.

Parte importante de ese proceso es lo que decidí volcar en mis Talleres para Solteras, de manera de poner al servicio de tantas Otras mi propio testimonio, que muestra de que es posible cambiar, que cada mujer puede lograr el tipo de relación con la que soñamos, y que para ello, el punto de partida es el tipo de relación con nosotras mismas.


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